Tontería DCCCLXIV.
Pronto idearé más vías virtuales inéditas; incluso, andaré imaginariamente a campo traviesa.
Tontería DCCCLXV.
Pasado mañana deberé ir a Thuxorf.
Tontería DCCCLXVI.
Una vaiveniente y dual compresión-expansión hiperesferoidal, subyacente y retrógrada, con intermitencia indiscriminadamente asíncrona podría constituirse en el fundamento profundo de la dependencia riemanniana paraconcoide, flotante, inestable y supranivelar conducente a una exraña forma de energía propulsora espiral, aceleratriz y elevogénica.
Tontería DCCCLXVII.
Con una explicación incoherente y desarticulada, el seudoinvasor, un anarquista del infinito, ha descoordinado las etéreas figuras antimaterioides del anacronismo camaleónico tetradimensional (x, y, z, t), al pretender hipermetamorfosearlas en fósforos de hielo unidimensional, tigres de papel bidimensional, escudriñadores del vacío tridimensional, y relojes retrocedientes en la cuarta dimensión.
Tontería DCCCLXVIII.
Vibraciones y giros reversibles en aleatoriedad, oscilográficamente perceptibles.
Tontería DCCCLXIX.
El mejor oficio es aquel que uno disfruta.
Tontería DCCCLXX.
Flexibilidad adaptativa, yuxtaponente, recombinante, autorregulable.
Tontería DCCCLXXI.
Oír a los expositores de otras opiniones.
Tontería DCCCLXXII.
La realidad ficticia aleatoriamente fluctuante en la inconmensurabilidad del espacio-tiempo remite al ser humano a un rincón olvidado, oscuro y siniestro del universo, en donde permanecerá por milenios, hasta que sus limitados cerebro y cerebelo evolucionen y alcancen la tan anhelada elevación parafísica e hiperepistemológica.
Por ahora, las y los infelices orates deberán/deberemos conformarse/nos (toda la humanidad, excepto 39 personas, se encuentra en este lamentable caso) con seguir "arrastrando el lápiz" en esta inmunda Tierra.
Tontería DCCCLXXIII.
Escucho ecos interminables en el gran valle Neblinoso, cerca de la playa Suroeste. Me dicen: sigue, sigue, no te rindas.
Tontería DCCCLXXIV.
El famoso cuervo Supernegro ha desechado todo impedimento, y hoy, luego de cuatro contratiempos superados, vuela raudo con rumbo cierto hacia su inexorable, perenne y glorioso destino final.
Tontería DCCCLXXV.
Protección curvoide acéntrica, periférica y centrífuga, en la que la gaviota gris del mar Pacífico se refugia inveteradamente desde hace cuatro millones de años.
Tontería DCCCLXXVI.
Hermes era un integrante más, no un jefe, del grupo coordinador identitario pro nomadismo revinculante.
Tontería DCCCLXXVII.
Ayer por la tarde vi volar directamente hacia el Club Ápex a un hexáptero, algo que solamente pocas veces en un lustro puede apreciarse.
Tontería DCCCLXXVIII.
Otro, un ente paradójicamente novoarcaizante de magra epistemogénesis, isooorbitalmente moviente, tetráptero volaba en busca del Polo Norte Magnético.
Tontería DCCCLXXIX.
El tipo se dedicaba al corretaje de información (info brokerage), hasta que llegó la internet y lo arruinó, por un tiempo. Hoy, es asesor de inversiones.
Tontería DCCCLXXX.
Localizador universal espectrográfico micro- y macromolecular de precisión.
Tontería DCCCLXXXI.
Acelerador curalotodo.
Tontería DCCCLXXXII.
Superenergía potencial cinética, privilegiada por posicionamiento.
Tontería DCCCLXXXIII.
No es necesario llevar carga útil (payload).
Tontería DCCCLXXXIV.
Una seudomuerte especulativa sufrió el conocido escritor del altiplano boliviano Sigifredo Malaspina, el lunes, 26 de enero de 2015, a las 16:37::14 horas.
Tonterías DCCCLXXXV.
Intenciones fantasiosas no concretadas, ilusiones, baladas románticas y aromas sintéticos, nos han mantenido ociosamente ocupados o nos han quitado el tiempo desde el día en que nos conocimos, pero qué a gusto hemos compartido 23 meses, Mayra, mi hostess de ayer, mi conocida de hoy y de siempre, mi ex amiga de lo futuro. Ahora debo irme para siempre, mi tren parte a la hora veintidós. Adiós.
Tontería DCCCLXXXVI.
El escultor neozelandés thane (barón) Thomas McFadden expresó en el jardín de su residencia, en su natal Auckland, que además de los cinco poliedros regulares conocidos y aceptados —tetraedro, cubo, octaedro, dodecaedro, icosaedro— él incluiría la esfera. Voló a Los Ángeles. Ahí abordó un autobús Greyhound hacia Barstow, California, y en un pequeño jardín en el norte de esa ciudad, empezó a esculpir las seis figuras en mármol italiano de Carrara, de entre siete y diez metros de altura.
Tontería DCCCLXXXVII.
Descorporeización, asomatización, eterificación definitiva e irreversible de Cástulo Frumencio Balvaneda-Menchaca, quien la obtuvo a partir de un riguroso procedimiento de ayuno casi total y meditación trascendental profunda, copiado del de esos anarquistas del infinito que son los sadhus hindúes.
Tontería DCCCLXXXVIII.
Pronto, el neonomadismo se pondrá de moda. Hace milenios, y aun siglos, ya hubo paleonomadismo. Hoy, toca el turno a la nueva modalidad.
Tontería DCCCLXXXIX.
Reflejos policromáticos de estertores paroxísticos concomitantes permiten el trazo, con un simple tiralíneas, de una sinusoide difusa hacia el infinito en su modalidad ascendente o "positiva".
Tontería DCCCXC.
Báscula de Odio.
Tarry Meyercord poseía una báscula en la que podía pesar el odio de cada persona.
Tontería DCCCXCI.
Año del Señor de 1964:
Érase una tipa libre (como el poeta español José de Espronceda), Aíntza Errerásturi, que de Barra de Natividad, Xalisco, se fizo a la mar océano en una carabela que ella misma había calafateado. Por bandera, colocó la divisa de su familia de origen guipuzcoano, y vivió el resto de su vida en alta mar.
Tontería DCCCXCII.
Érase un tipo que envió a su mente a un viaje rápido al infinito o a la orilla del universo, y que regresará pronto. Nada más que algunos ya han ido allá, y no han traído novedad alguna. Espera traer una barra de pan blanco alienígena (sin cortar), cuando menos.
Tontería DCCCXCIII.
Érase un metasoftware basado en hyper text markup language, que llevaba incluidas ciertas claves para su búsqueda fácil y localización rápida, y conjuntamente érase un motor de búsqueda que solamente "peinaba" las primeras 30 palabras de cada página web.
Tontería DCCCXCIV.
Frumencio Dosfuegos de la Sota era un cultivador irredento del manierismo urbano sosegado y decadente, si bien desde una perspectiva aparentemente defectuosa.
Pasó luego a cuasi copiar a Rembrandt, con buenos resultados. Vendía sus cuadros a elevados precios.
Frecuentaba el cafetín Firenze de la calle Quebrada, donde solía discutir con, y despreciar a, escritorcillos de poca monta, veteranos y noveles periodistas ignorantes, algunos de ellos engreídos porque conocían a políticos y empresarios de la comarca...
Dagoberto de la
Llata y Protasio Sifuentes eran dos de esos periodistas, jóvenes
egresados de Ciencias de la Comunicación de una universidad privada de
la localidad.
Frumencio se sentía superior a todos ellos.
Ya flotaba en medio de las nubes de la fama.
Tontería DCCCXCIV.
Por tu aspectogenia en general, me parece que tus genes son defectuosos, o bien de muy baja calidad.
A ver, ¡donde has nacido?, ¿cuál idioma hablas!, ¿posees carta de hidalguía?, ¿probanza de sangre?
Tontería DCCCXCV.
—¿Qué ves en lontananza, Alfred?
~~Arena y más arena.
—Hemos de caminar más, en busca de un oasis.
Tontería DCCCXCVI.
Abriré un almácigo en el extremo oriente de mi huerto, cabe la barda roja.
Tontería DCCCXCVII.
Un lodódromo bien puede ser una pista de patinaje sobre lodo.
Tontería DCCCXCVIII.
¡Ya no hay radios de galena?
Tontería DCCCXCIX.
Y Alfred les dijo a las dos semiconocidas: "Resuelvan los ejercicios matemáticos, problemas de química y acertijos antes de la una de la tarde y les prometo una comida en el Afterlike's y dos boletos de cuarta fila para el estreno de la sala Watch-A-Movie".
Tontería CM.
Toda una generación esperó el resultado, y este nunca vino, el farsante falló, una vez más. Ni mago ni científico, resultó puro pájaro nalgón, un profeta que pronostica lo pasado, un payaso serio que no hace reír.
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